Descripción del producto
Hormiga Culona Pequeña
Después de Semana Santa no es fácil ser hormiga culona en tierra santandereana.
Desde hace 500 años, miles de ellas salen de los hormigueros donde hibernan en los valles de San Gil, Curití, Villanueva, Barichara y Guane, buscando los rayos del sol para el apareamiento.
La quimera, que ya recorre el mundo, le atribuye a la hormiga culona poderes afrodisíacos, analgésicos y de longevidad, más aun si se consumen vivas, tras cortarles las patas, las alas y el pico.
«La hormiga tuvo una etapa vergonzante. Los ricos las llamaban hormigas colonas. Les daba pena referirse a ellas. Incluso en alguna ocasión se aseguró, para desprestigiarlas, que provenían de los cementerios. Pero la hormiga culona no ha perdido su vigencia». «Los artesanos y los artistas forjaron el concepto con sus obras.
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